Grandes
maestros como Willems, Kodaly, Orff o Dalcroze nos han ofrecido distintas metodologías
para ello pero con un denominador común: la unión de la percepción y la
expresión, los dos pilares fundamentales en la enseñanza musical. Así, la
percepción musical se lleva a cabo a través de la audición y la expresión
musical se lleva a cabo a través del canto, el movimiento, la danza y la
práctica instrumental.
Para
la formación auditiva se pueden hacer juegos de reconocimiento de sonidos: los
sonidos del entorno (voces familiares, teléfono, reloj, arrugar papel,etc.); de
la naturaleza (canto de los pájaros, el viento, la lluvia...); sonidos producidos
por el propio cuerpo (manos, pies, voz, etc.); sonidos presentes en el aula (instrumentos
escolares); y grabaciones de canciones y obras musicales.
En
cuanto a la expresión musical, uno de los elementos básicos en la educación
musical temprana
es el canto. Es necesario que los alumnos durante toda su escolarización
conozcan muchas canciones que les aporten variedad expresiva, tengan interés y
significación para ellos. Si son cortas y repetitivas más fácil será que el
alumnado pueda expresar, disfrutar y comunicarse cantando.
Otras
actividades esenciales para la expresión musical en la infancia son los juegos de
ritmo y movimiento, como los instrumentales. Los diseños rítmicos tienen que partir
de lo sencillo, aumentando su dificultad progresivamente, adecuándose a la edad
de los niños y niñas.
En el vídeo adjunto, podéis ver un ejemplo de lo que podría ser una clase de música en edades tempranas.
Teniendo
en cuenta estas premisas, una sesión musical en un aula de infantil puede desarrollarse
de múltiples maneras. Lo importante, elijamos
una determinada metodología u otra, es no perder de vista que los objetivos didácticos más importantes que deben perseguir las actividades musicales en la etapa de 0 a 6 años:
· Descubrir su propio cuerpo y el espacio que le rodea
· Experimentar con su entorno sonoro
· Disfrutar de la música mediante un repertorio atractivo de canciones
· Reconocer el sonido de algunos instrumentos
· Aprender a cantar un repertorio básico y sencillo
· Familiarizarse con el lenguaje musical a través de sus propias vivencias
· Iniciarse en la escucha musical de un repertorio clásico
· Gozar de la música mediante audiciones musicales lúdicas
· Desarrollar las capacidades relacionadas con la psicomotricidad
· Favorecer el desarrollo intelectual del niño
· Aprender a relajarse a través de determinadas actividades musicales
· Potenciar la imaginación y la creatividad
*La información ofrecida ha sido obtenida
del artículo "Recursos didácticos para la enseñanza de 0 a 6 años", que os invitamos a leer. Esperamos que este post os sirva de ayuda. ¡Gracias por la visita!
Publicado por Cristina MT.
Publicado por Cristina MT.
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